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La ubicación estratégica en este emplazamiento se convierte en una oportunidad para recuperar protagonismo. Esta nueva centralidad, prolongando la influencia del eje de Carlomagno hacia Andorra la Vieja, creará un nuevo polo de atracción comercial hacia esta zona, menos favorecida últimamente.
El proyecto confiere una gran importancia a la fachada sur. Lejos de considerarla la “parte trasera” del edificio, se genera un chaflán para dirigir la mirada hacia las mejores vistas y la luz, creando una respuesta a las entradas desde la zona del aparcamiento. El gesto que hace el edificio tiene repercusiones en su organización interna al huir de las arquitecturas meramente formales. Se crea una terraza al mismo nivel que el salón multifuncional y un espacio exterior en el nivel del “sky bar”, espacios de calidad para la ciudad, ambos orientados hacia la luz del sol y las vistas más hermosas. Se obtiene así un espectacular balcón urbano, una atalaya sobre la ciudad y el valle.
La abstracción, el movimiento y una especie de suavidad en los gestos de su forma constituyen una propuesta respetuosa con el entorno y que también nos recuerda la abstracción de las rocas y montañas que, omnipresentes, ejemplifican la visión cercana y lejana del sitio. Se trata, pues, de una arquitectura fluida y sin aristas que se integra en la ciudad, anunciando un nuevo atractivo y al mismo tiempo un umbral urbano de primer orden.
La estrategia volumétrica del proyecto equivale a una especie de “defoliación” que libera espacio en la planta baja pero se ensancha progresivamente en los pisos superiores hasta encontrarse con la pared medianera, redondeando así la alineación continua de la fachada en la calle.
Aquí, el lujo está en la luz, en el espacio y en la percepción de una elegancia estilizada. De este modo, y en lo que respecta a la contemporaneidad, hemos ideado una fachada sutil, más sugerente que obvia, pero al mismo tiempo icónica y ciertamente innovadora.
Se introduce también un nuevo concepto en la percepción del mundo del juego. Hasta ahora, los casinos y las salas de juego eran espacios ocultos, escondidos a la vista y carentes de luz natural. Aquí se postula un cambio radical que permita dignificar y mejorar la cultura del juego. Por primera vez, las zonas equipadas con mesas de juego y máquinas tragaperras disfrutarán de luz natural.
