La Grande-Motte
La Grande-Motte es, por encima de todo, una ciudad verde. Las franjas de dunas presentes en las playas de Couchant y Levant son características del paisaje local y mediterráneo.
La función de estos dos segmentos representa por sí sola el mayor desafío del proyecto. Como prueba, el cordón de dunas debe extenderse hasta la ciudad en contacto con sus habitantes. Es preciso reinvertir en los muelles, el paseo marítimo y los aparcamientos con especies mediterráneas adaptadas al clima y favorables a la biodiversidad.
Se plantarán 1.000 árboles en todo el proyecto. Se buscará la diversidad de las especies para garantizar la calidad sanitaria de las plantaciones. La vegetación se basará en el sistema de red de agua (proveniente del canal del Ródano) establecido por J. Balladur para los espacios verdes.
Los muelles Pompidou y Tarbaly constituyen el paseo emblemático de La Grande-Motte. Un paseo portuario que transmite los valores de la ciudad, en torno a la arquitectura y la naturaleza. La cerámica define de forma natural el espacio reservado para los peatones. La forma y los colores de los adoquines siguen la línea de pensamiento de Jean Balladur y se hacen eco de las logias de las viviendas y del universo pop de los años 70.
La actividad náutica, uno de los verdaderos motores de la operación, requiere no solo una ampliación de sus capacidades sino también una visibilidad renovada. Esta reorganización hace que las tiendas sean visibles y que se integre mejor la actividad productiva. El nuevo esquema reorganiza un sistema complejo dando lugar a un resultado simple, funcional y seguro. El conjunto náutico es un verdadero distrito de La Grande-Motte con la prolongación del paseo del puerto hasta la punta del muelle Baumel.