La casa Tangram
No es difícil darse cuenta de que el asentamiento urbano en la zona funciona realzando las características de la montaña, ubicando las lujosas casas unifamiliares en los bordes de las distintas crestas. Parece evidente la conveniencia de adoptar esta estrategia para que las casas tengan unas vistas privilegiadas y luz solar todo el día.
En nuestro caso concreto, la casa funciona bastante bien, especialmente en el lado este. Sin embargo, hay una cresta más alta que la nuestra en el lado oeste, lo que perjudica ligeramente ese costado, ya que no tenemos tan buenas vistas hacia el oeste y además necesitamos preservar la intimidad y evitar ser vistos desde arriba. La casa tiene en cuenta esta premisa como punto de partida, por lo que la primera decisión fue situar las zonas de servicio en la parte menos privilegiada, en la cara oeste.
Concebimos el espacio de entrada como un acceso formidable a la lujosa casa diseñada. Al acercarse a la casa por la rampa desde Angelo Road, se alzarán ante nosotros unas magníficas vistas de la ciudad. Al mismo tiempo, las líneas geométricas puras de la casa poco a poco se irán revelando y definiendo la plaza de la entrada. Una plaza diseñada cuidadosamente como un espacio destacable, hecho de piedra y dominado por un espléndido árbol noble.
El Tangram es un rompecabezas de disección que está formado por siete formas planas llamadas “tans”. El objetivo es, dado un contorno o silueta, crear una forma concreta juntando las siete piezas sin que queden superpuestas.
La relación entre el juego y nuestro proyecto se ha ido haciendo informal pero muy significativa. Nuestro objetivo de simplificar el proyecto resaltando sus aspectos más importantes nos llevó a relacionarlo con este simple pero brillante juego de rompecabezas que permite representar múltiples formas desde el mismo punto de partida.
